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sexta-feira, 11 de fevereiro de 2011

EE.UU.: vecinos luchan por impedir deportación de empleado peruano y su hija

Em Espanhol


Un condominio del norte de Washington batalla para evitar la deportación de uno de sus empleados.

Tras 15 años viviendo en EE.UU., Marco Antonio Rua está doblemente sorprendido: con el implacable sistema migratorio del país y con la solidaridad que pueden mostrar las personas en una circunstancia extrema.
El 17 de septiembre de este año, Rua -quien tiene ciudadanía peruana y española- recibió una orden de deportación inmediata que amenaza con desintegrar a su familia, que reside legalmente -hasta ahora- en una pequeña ciudad al norte de Washington, DC.
De hecho, Rua habría sido puesto en un avión fuera de EE.UU. ese mismo día si él no hubiera aceptado salir voluntariamente y presentar antes del 12 de diciembre los boletos de avión para él y su hija Andrea, de 17 años.
Mientras llega esa fecha, Rua intenta todos los medios legales para evitar separarse de su esposa Liliana -quien espera recibir pronto su permiso de residencia- y de su hijo menor, Renzo, nacido en EE.UU. y por tanto ciudadano.
En esa lucha contra la frialdad burocrática, Rua ha encontrado la inesperada calidez de los vecinos del Wisconsin, el edificio para el cual trabajó hasta la semana pasada como ingeniero de mantenimiento y que se ha convertido hoy en una trinchera contra un sistema de inmigración al que consideran equivocado.

A punto de deportación

El pasado 17 de septiembre Rua, de 43 años, y su hija Andrea acudieron a una citación que les hizo la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Pensaban que era un paso más en el complicado proceso legal y por eso fueron con la tranquilidad de quien no tiene asuntos pendientes con la justicia y la del inmigrante que ha dado todos los pasos para poner en orden su documentación.
"Cuando llegué nos abren la puerta y uno del ICE me dice: 'quítese la correa, quítese el reloj', y me manda para adentro donde tienen dos celdas en las que te detienen", dice Rúa recordando cómo por tres horas estuvo retenido temiendo ser deportado allí mismo.
"Fue algo terrible, porque por primera vez en mi vida llegue a pensar, y sigo pensándolo, que ser inmigrante parece ser algo más fuerte que ser criminal o terrorista o un violador a algo", agrega.
Por poco, Rua estuvo a punto de unirse a las 392.000 personas que han sido deportadas de EE.UU. en lo que va de 2010, según datos que dio el ICE a BBC Mundo.
De ellos, la mitad tendría prontuario criminal, el resto son personas que han ingresado recientemente al país.
Por eso su caso parece ir en contra de la política del presidente Barack Obama de deportar principalmente a personas con antecedentes penales o que hayan cometido actos ilícitos en EE.UU., y sobre todo evitar las divisiones familiares.

Del sueño a la pesadilla americana

Marco Antonio Rua salió aquel día de la oficina del ICE "deprimido y frustrado".
"Todos estos años traté de legalizarme y no he sido una persona que se haya escondido. Al contrario, desde que llegamos hemos tratado de legalizar nuestra situación. Inmigración sabía donde estaba yo, ellos me han dado permiso de trabajo", comenta.
Rápidamente experimentaría sorpresa y agradecimiento por la reacción que sus empleadores tuvieron al enterarse que estaban a punto de perder un trabajador "invalorable".
"Eso es algo que a mí me sorprendió enormemente. Normalmente en estos casos cuando dices algo te dicen: 'lo siento, adiós'. Fui a decirles que me iba y mi jefa me dice: '¿cómo? No, tú no te vas. ¿Por qué te van a sacar? Deja ver que podemos hacer por tí'", recuerda Rua.
A los pocos días de anunciarles que debía irse, unos 330 residentes de los 204 apartamentos del edificio firmaron una carta pidiendo al ICE reconsiderar la solicitud y hasta crearon un fondo de US$ 2.400 para ayudarlo con los gastos del proceso legal.
Esa solidaridad es "fácil de explicar" para Marcia Weinberg, miembro del directorio del condominio del Wisconsin.
"Es un hombre de un carácter excelente que por 16 años ha trabajado duro. Ha pagado su casa, sus impuestos y su seguridad social. Es el hombre más comprometido con su ética de trabajo. Ha sido un amigo de todos nosotros", enumeró Weinberg para BBC Mundo.
Para Weinberg que la familia Rua "simboliza el sueño americano" pero que "de alguna manera ese sueño se ha convertido en esta pesadilla".

Imposible de reemplazar

En el edificio consideran que Rua es "irremplazable" como aseguró Jerry Pruzan, vicepresidente del condominio, quien recuerda las dificultades que tuvieron para conseguir un ingeniero con las habilidades del peruano.
"El señor Rua es un hombre de la más absoluta honestidad e integridad. A nosotros nos destroza el corazón pensar que a lo mejor tenga que irse", dijo Pruzan asegurando que su opinión es mayoritariamente compartida por el resto de los residentes.
Para los vecinos del Wisconsin una preocupación vecinal se ha convertido en un tema político que ha metido a algunos de ellos en el debate sobre la reforma del sistema de inmigración estadounidense.
"Sabemos que hay muchos ilegales en el país, pero creemos que la manera en la que está operando el ICE, sin ver los casos individuales, es una terrible forma de operar", afirmó Pruzan.
"Claro que no es sólo nuestro Antonio", dijo Marcia Weinberg, "eso es lo que lo hace peor, porque significa que todo el sistema esta roto. Tenemos que buscar la manera de permitir que la gente buena como Antonio se conviertan en los ciudadanos que EE.UU. necesita".

"Gente de buen corazón"

Para Rua, la reacción de sus empleadores le ayudó a equilibrar la frustración que le produjo estar a punto de ser echado del país en el que puso su confianza al punto de elegirlo como hogar para sus hijos.
"Son gente de muy buen corazón (…) Son los EE.UU. que uno ha visto en otros años. Lo que pasa es que en estos últimos tiempos se ha creado un sentimiento de racismo, a raíz del 11 de septiembre de 2001", afirmó Rua a BBC Mundo.
"No se que pasará conmigo, pero lo que esta gente ha hecho por mí, los mensajes de apoyo de alguna gente que ni siquiera me conoce pero que está tratando de apoyarme, es algo que jamás voy a olvidar".
Por lo pronto, la familia Rua espera que este martes el juez tenga en cuenta que Liliana está por recibir su residencia legal y que ordene suspender la deportación.
Si eso fallara hay una solicitud de diferimiento de la medida que el congresista de Maryland, Chris Van Hollen, presentará al ICE
"A pesar de todo lo que me está pasando creo en la justicia. Si una persona actúa bien las cosas se tienen que dar de alguna manera bien. Dios protege a las personas de bien,. Tengo mucha fe y mucha esperanza", concluyó.


Fonte: BBC

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